1. Análisis e interpretación
Si analizamos el vídeo desde un punto de vista masculino,
las emociones que se perciben atienden al poder que se da a entender que nos
concede el uso de esta fragancia: superioridad, liderazgo, fuerza, éxito,
triunfo, seducción. Si bien es cierto que, en relación al comportamiento que
adopta el personaje tras su entrada al estadio, también se atisba en él
cualidades no tan positivas, como la petulancia, la chulería, la altivez o la
soberbia. Solo hay que fijarse en la forma en que Nick Youngquest posa delante
de los fotógrafos y recibe el calor del público. Un «aquí estoy yo» y «no tengo
rival que denota un alto grado de sobrades.
En cambio, si enjuiciamos el spot desde un prisma femenino,
las percepciones son realmente negativas. De nuevo, una tendencia, por
desgracia, demasiado asimilada y normalizada, es que las mujeres son
cosificadas y presentadas como un objeto: son el premio que le aguarda al hombre
por su gran poder y enorme éxito. Esa visualización de la mujer como una mera
recompensa, que cae rendidas a los pies del varón.
Partimos de que las valoraciones negativas de muchas mujeres
que consideran que en el spot aparecen representadas como objetos y piensan que
son tratadas de forma un poco denigrante no son deseadas por parte de la
compañía. Pero, si nos atenemos a los hombres, Invictus cumple con creces el
propósito que se formula. Y, como hemos desganado largo y tendido, ese no es
otro que animar y alentar a los varones a comprar la colonia para convertirse
en uno seductores y unos triunfadores.
Podemos postular que, aunque el spot rebosa un aura machista
demasiado acentuado al considerar la figura de la mujer como simple botín, la
pieza sí cumple con el objetivo que se persigue, ya que a la gran mayoría de
hombres les gustaría parecerse al modelo del anuncio, y ser tan reconocido y
triunfador como él.
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